La chica de los gatos
con doce uvas en la mano
me sonríe
en las noches sueño que me habla
la uva no está en mi boca
pero ese es mi deseo mayor
la noche se ha extraviado
tal vez no sepa cómo llegar
-confesarle-
que hay figuras entre la savia
la cera derretida
el zapato viejo.
Tocan a la puerta y me lanzo
trato de concentrarme
la chica de los gatos pide que me acerque
terriblemente amo la claridad de sus ojos
amo, la sal en la mesa
todo lo que en sus ojos oscuramente brilla.
Entonces soy feliz porque me mira
con doce uvas en la mano
no sé si ahora mi boca se resista.
Texto publicado por primera vez en:
Yosie Crespo, Enero 2014