Sunday, July 29, 2018

Secos los higos

Se habían secado los higos
y era esa pólvora de caracol que era un oído
y era ese dulce arder de la boca
donde se habían secado los higos
de mi pequeño mundo
de un soplo efímero
sin hacerme morir
para aliviarme de la furia
del país de la casa del barrio del hombre de una mujer
y del pájaro que se llevó al país
con la rapidez de una sombra ciega
y uno crece
y ciertamente
no es un pájaro no es una luz
no es una lista interminable lo que llena la hoja
es un código es una vida son símbolos de sangre
a cambio de una muerte
es un vaso rebosante de olvido
es un sueño de esfinge de mujeres umbrías
es un llanto que cae sobre las hojas de los árboles
más viejos
yo pude haberlo entendido
pude haber roto con el aroma de lo que nunca había sido
qué es el tiempo sino una línea inflamándose de luz sobre un espejo
ese dramático rumor de los cuerpos en la dársena
ese impulso de lo que oímos a los lejos
no era más que el susurro de un pájaro perdido
-nos unía-  en ese intento de fuga
en esa impaciencia de arrancar hacia dentro
lo que pende implícito y de repente me mira
y quise escapar de la mirada
pero ya se habían secado los higos
y adentro también el poema soterrado
desgarrando de la tierra sus raíces.


YO TE NOMBRO PÁJARO aquietado y diminuto como en las cintas imaginarias de Sherman en los registros evidentes de cualquier guía turí...