Hay
alguien que vive en el infinito
esa
es su ciudad.
Su voz como un pequeño sol
es dueña de sus calles.
Caminar
por ellas
es
derribar todas las cosas breves
de
entre las cosas que nos exijen.
Acercarse
es conceder la palabra
habitar
escasamente en lugares
derrumbados.
Hay
alguien que lleva mi fé
pide
mi cuerpo
reza
por algo imposible.
Hay
alguien que me imagina
no
sé cómo,
hay noches que quiero visitarla.
En
el instante en que su mano vacía
se
llena de luz
dibujo
su nombre.
Lo
dibujo para que desde allí entienda
cómo
debo salir sin querer irme.
Para
que alguna vez mire dondequiera que esté
y
vea cómo somos únicamente
otra historia que parte
desde
la misma idea
y
a pesar de mis sencillas manos,
no
me olvide.
Hay
alguien que vive en el infinito.
El
reflejo de sus ojos
son
todas las cosas que conozco
y
compartimos.
© Yosie Crespo