YO TE NOMBRO PÁJARO aquietado y
diminuto
como
en las cintas imaginarias de Sherman
en
los registros evidentes de cualquier guía turística
y
en los templos
como
a un hijo que regresa de la guerra perturbado
y
hundido en el goteo de la hora en que se vuelve
yo
te nombro
desde
el futuro para que existas
y
también desde la tarde en el silencio
y
entre las letras de tu nombre
y
desde la propia vida
y
desde la decisión última
y
en la realidad de esa fantasía tirana
que
me obliga desde siempre
y
abajo con la neblina de la noche
y
desde otro tiempo para nombrar tu tiempo
y
sobre esa otra puerta que el tiempo dispone
yo
te nombro
no
sea que te conviertas en un mal irreparable
donde
todo lo nocturno te pertenece
salvo
en las aproximaciones al amor
y
en los caminos minados de la conquista
ajeno
de las sombras y de los recuerdos
en
los portales y en las alamedas
yo
te nombro y te miro con rigor
frente
a un mundo de desiertos lleno
donde
el resto de los pájaros lleva al unísono
tu
nombre
lo
llevo como quien entra desorientado en algún sitio
que
es a la vez misterioso y conocido
te
pareces a todo lo que vive
y
a todo lo que tal vez sea mito en mi mente
qué
puedes hacer sino atormentarme
si
por todas partes sales imprevisto
así
que me adhiero a tu mano de ala abierta
de
caudal que avanza sin saber
qué
puertos qué ecos aún no escucho
o
si podía existir una mañana de sol
es
decir, una palabra
es
decir, polvo de alguna ventana
si
acaso hay ventanas
aún
no sé en qué otras estaciones
alguien
nos ve cruzar
y
si te encuentro, aunque por otros caminos vayas.